lunes, 20 de enero de 2014

Continuación de "Marianela".


Al morir Nela, Pablo y Florentina se casaron tal y como lo habían planeado. Se mudaron al pueblo vecino.

Pablo iba un día paseando por el campo cuando vio a una niña ciega acompañada de su lazarillo, el que estaba recogiendo flores para su ama. Pablo se sentó con la niña y empezaron a hablar, la muchacha ciega le contó que no lo era de nacimiento, pero antes de serlo, todos la trataban como a un animal, decía que solo la querían para que hiciese las tareas de los demás y si no hacía lo que le decían, le pegaban. Quedó ciega por un accidente  y después de un año conoció a su lazarillo, decía que él era diferente, que no se parecía en nada a los demás.

Pablo le aconsejó que si algún día recuperase la vista, aunque no le gustase cómo era físicamente su lazarillo, que siguiera con él, porque después de todo era el único que había estado con ella en los peores momentos y el que iba a estar también los mejores.
La niña le dijo que nunca se iba a separar de él, que no le importara como fuese, y que solo por quererla cuando nadie más la quería era y sería la persona más importante para ella.

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