domingo, 19 de enero de 2014

Continuación de "El extraño caso del Dr.Jekyll y Mr.Hyde".

Utterson tras la muerte de Henry Jekyll seguía manteniendo una relación con su criado Poole. Como de costumbre iba a visitar a este criado todos los domingos y cenaban juntos.
Se hicieron grandes amigos desde aquello que ocurrió con Henry Jekyll. Poole seguía en aquella extraordinaria casa con los criados de Mr.Henry , algunos abandonaron la casa para formar una nueva vida con sus familias y amigos fuera de aquella encantadora casa pero el admirable criado Poole quería seguir en su hogar, la mansión de Henry, en la que había vivido durante mas de veinte años.
A Utterson y a Poole les estaba preocupando otro problema, Enfield el primo de Utterson, llevaba varios meses sin dar señales de vida. Este asunto empezaba a preocuparles a ambos. Su querido primo era muy conocido y cualquiera sabría algo de el , pero no era así, nadie sabia nada de Enfield.
Ese domingo decidieron ir una vez mas a la casa de dicho primo. Llamaron  a la puerta y tardaron varios minutos en abrir, era la señora de las llaves, Candy.
 -Buenas tardes Candy, venía a ver a mi primo, Enfield. Llevo varios meses sin saber nada de el , le mande varias cartas pero no respondió a ninguna y este caso me preocupa- dijo Utterson con palidez.
 - Me temo que Enfield no se encuentra en este momento- dijo Candy-, salió hace varias semanas y dijo que tenía que resolver unos asuntos importante.
 - Señora Candy, necesito saber de mi primo y sé que usted sabe algo- dijo Utterson de forma brutesca.
 - Señor, yo no puedo dar mas información. Lo siento mucho.
Utterson y Poole se marcharon un poco aturdidos por la contestación de la señora Candy, ambos pensaban que había algo mas , que esa señora sabía mas de lo decía.
Caminaban en silencio hasta la casa de Utterson, mirando hacia el suelo pensando una vez mas en esa contestación y el porque su primo se había marchado sin avisarle de que dejaba su hogar durante unas días. Con estos pensamiento recordó que Enfield tenía un amigo al que le contaba todo, ese amigo no vivía muy lejos.
 -Poole, vamos a cambiar nuestro camino e iremos a la casa del amigo de Enfield, el tendría que saber algo más que la señora Candy, se cuentan los secretos mas íntimos.- dijo Utterson
 -Pero si se cuentan esos secretos tan íntimos y son tan amigos, ¿piensas que ese hombre te contaría a donde se marcho tu primo y por que?- dijo Poole con su rostro lleno de preocupación.
-No se querido amigo, no se. Pero quiero acabar con esta duda cuanto antes, llevo varios días sin dormir.-dijo Utterson preocupado.
Ambos anduvieron hasta la casa del amigo de Enfield, Bejamin. Al llegar se pararon justo en la gran puerta roja de la casa y llamaron.
 -Buenas tardes señor, ¿se encuentra Benjamin?-dijo Utterson
 -Sí señor, se encuentra en su gabinete. ¿Quién lo busca?
 -Soy Utterson, primo de Enfield. Dígale que me urge hablar con el.-dijo Utterson un poco mas aliviado.
Poole miró a Utterson, el señor Benjamin Moore se encontraba en su casa. Moore es de temperamento fuerte, respetuoso e inteligente.
Llamaron a aquella puerta robusta de madera y el señor Bejamin acudió enseguida. Aquel gabinete era el mas grande de todos los que había visto, con tres sillas de tercio pelo rojizo, estantería de madera maciza, una mesa bastante grande con una aglomeración de papeles perfectamente ordenados y finalmente un sillón de tercio pelo negro a simple vista bastante cómodo.
 -Buenas tardes señor Utterson y señor Poole, tomen asiento por favor. - dijo Moore con una simpática sonrisa.
 -Buenas tardes Moore, muchas gracias por atenderme , veo que usted se encuentra muy ocupado.-dijo Utterson.
 -Bien-continuo Moore- ¿Qué le trae por aquí Utterson?
 -Señor Benjamin, necesito que me ayude diciéndome la verdad o si no sabe nada que me tienda la mano, por favor- dijo Utterson preocupado
 -¡Oh, por favor Utterson!-exclamó Moore- ¿Qué le ocurre?, ¿es grave?,por favor hable.-dijo Moore preocupado
En aquella habitación reino el silencio por unos segundos, ninguno de los dos sabían que decir. Pero por fin Utterson se decidio a romper ese silencio.
 -Mire Moore, mi primo Enfield lleva varias semanas fuera de casa, ya sabe que ese vecinos incompetente que tenía mi primo le deseaba la muerte pero antes de venir a pedirle ayuda a usted fui a su casa y me atendió la señora Candy, dijo que Enfield le anuncio que se iría algunos días a resolver unos problemas, solo eso. Querría saber si usted sabe algo, me preocupa mucho mi primo, ¿sabe usted algo señor Moore? - dijo Utterson
 -Señor Utterson, estoy consciente de todo lo ocurrido. Hace varias semanas me llego una carta de el en la que decía - Moore tardo algunos segundos en sacar la carta- "Querido amigo Benjamin Moore, me marcho a Darkplace para solventar un inconveniente con mi contiguo Douglas Anderson. Volveré en tres día aproximadamente. Un cordial saludo, Enfield."
Regreso el silencio a aquel gabinete tan espacioso. Ninguno de los tres sabían que decir ni que hacer, ¿Enfield con Douglas?, era algo casi imposible. Esta vez fue Moore quien decidió acabar con el silencio.
 -Pero amigo Utterson, Enfield me mandó esta carta hace más de una semana y en ella decía que volvería en tres días. ¿Dónde se encontrara Enfield? - comentó Moore alarmado
 -Pues.. -siguió Poole- si Enfield dijo que iría con Douglas y que volvería en tres días, ¿no tendríamos que ir a la residencia de Douglas Anderson?
 -Me parece adecuado Poole, marchemos cuanto antes- dijo Utterson deprisa
El señor Moore mando a llamar a su cochero personal para llegar cuanto antes al domicilio de la familia Anderson. Utterson tenía un rostro de preocupación y Poole no podía parar de pensar.
Llegaron a la casa de Enfield y justamente al lado de esa inmensa vivienda se encontraba una bastante pequeña, con el tejado un poco destrozado. Todo el mundo conocía los pocos recursos que tenían la familia Anderson. Muchos vecinos habían intentado ayudarles pero ellos se negaban rotundamente, eran personas de muy mal carácter.
Enfield y Douglas tuvieron serios problemas por casos desconocidos, Enfield jamás quiso hablar de ello.
Los tres señores se disponían hacia la puerta de esa vivienda, justamente cuando salió la señora Anderson.
 -Buenas tardes señora Anderson, soy Utterson quisiera hablar con su marido, ¿podría verle cuanto antes?- le dijo Utterson con un poco de miedo.
 -¿Para que quiere usted hablar con mi marido?. Creo que sabe bien que vuestra familia no es bien recibida en mi casa, por lo que puede marcharse. Buenas tardes. -dijo la señora Anderson bruscamente.
Los tres amigos se quedaron perplejos. Dieron media vuelta y decidieron ir a la vivienda de Enfield. Al llegar estaba la señora Candy en el jardín.
 -Buenas tardes Candy, ¿Cómo se encuentra usted?- dijo Moore con simpatía.
 -Buenas tardes Moore, los años están pasando factura- contesto Candy
 -Veníamos para hablar con usted , ¿podría dedicarnos unos minutos?- dijo Utterson
 -Bien...-siguió Candy- tengo demasiado trabajo pero supongo que será algo serio cuando quereis hablar conmigo. Pasen y siéntese en el recibidor.
Entraron en la casa y como de costumbre tan brillante todo. Llegaron al recibidor tan acogedor con la chimenea encendida. Tomaron asiento. A Utterson se le venían muchos recuerdos en esa casa, rincón por rincón. Tanto Utterson como Enfield llevaban en esa mansión desde pequeños.
 -Siento haberles hecho esperar. ¿Qué ocurre?- dijo Candy
 -Pues bien, como ya vine antes señora Candy a preguntarle por mi primo, Enfield, con su respuesta no me quede sosegado y fui a casa del señor Moore, el me comunicó que mi primo le había mandado una carta antes de marchar- Utterson cogió aliento para comunicarle el mensaje a Candy- en la que decía que iba a Darkplace con su contiguo Douglas para resolver unos asuntos y que tardaría tres días.
La señora quedó asombrada, todo el mundo pensaba lo mismo ¿Enfield con Douglas?. Era tan extraño que no podias dejar de pensar en ello.
 -Pero señor si Enfield con Douglas...
 -Sí, Enfield con Douglas. Hace mas de una semana que me mando esa carta y todavía no ha dado señales de vida. Hemos ido a la residencia de la familia Anderson y su señora ha sido tan poco educada que ni siquiera nos ha dicho si se encontraba su marido, nos cerro la puerta y nos marchamos.- interrumpió Moore -pienso que ese señor se encontraba en su casa y que hay algo mas en toda esta historia.
 -Douglas esta raro últimamente. Desde la muerte de Henry Jekyll, como ya sabéis era amigo de ese doctor y por extraño que parezca Henry venia mucho a la casa de los Anderson. Salía de su vehículo con un macuto marrón, siempre. -conto Candy.
 -¿Henry?- dijo perplejo Utterson
 -Sí, Henry. En esa casa pasan cosas muy extrañas. Entra y sale un hombre bastante horrendo, con muy mala vestimenta. Con tal solo mirarlo sientes en tu cuerpo una repugnancia hacia esa persona. Es inexplicable. - dijo la señora Candy
 -Moore, necesitamos averiguar cuanto antes quien es esa persona que entra y sale de la casa de los Anderson. Esta noche entraremos con mucho disimulo en esa vivienda y sabremos lo que ocurre en esa casa tan misteriosa. - dijo Utterson con mucho interés.
 -Me parece bien Utterson, pero ¿y Enfield?. No tenemos ni idea de donde se encuentra. Mañana por la mañana iremos directamente a Darkplace y preguntaremos si vieron a Enfield, es una persona muy conocida, alguien tuvo que verlo. Si es que fue a aquel lugar. - dijo Moore preocupado
 -Si Moore , iremos mañana al amanecer a Darkplace pero esta noche entraremos en esa casa y averiguaremos que ocurre.
 -Señores...-interrumpió Candy - ya que me encuentro sola en esta casa tan enorme, ¿les apetecería quedarse esta noche aquí?. Sería una buena idea si vais a entrar en la vivienda de los Anderson.
 -Muchas gracias señora Candy, te agradecemos su propuesta. Nos quedaremos. - respondió Utterson en nombre de los tres.
 -Pues voy a prepararles las habitaciones y la cena. Vuelvo en seguida. - dijo Candy
Llegó la noche y Utterson, Moore y Poole se encontraban sentados en unos sillones bastantes cómodos en la chimenea, pensando en como entrar en aquella casa. Tenían que tener muchísimo cuidado, si por casualidad ese señor se encontrara en la casa, podrían correr mucho peligro.
 -Amigos, deberíamos levantarnos de estos asientos tan cómodos e ir a esa casa. Primero miraremos si hay puerta trasera, lo mas seguro que de con la cocina. Buscaremos el maletín marrón de Henry y miraremos que contiene. Henry siempre llevaba ahí sus pociones para separar el bien y el mal. Me temo lo peor.- dijo Utterson
 Ni Moore ni Poole contestaron a Utterson, se levantaron los tres a la vez y se dirigían hacia la puerta cuando se encontraron a Candy. La señora llevaba una bata y una vela en la mano.
 -¿Os marcháis ya a elaborar vuestro plan?. Por favor, tened muchísimo cuidado ese Douglas es un cascarrabias. - dijo Candy bastante preocupada.
 -No se preocupe Candy, somos tres hombres. No creo que Douglas se atreva a hacernos ni el minimo gesto de violencia. - dijo Utterson
Sin más palabrería se dirigieron hacia la puerta de entrada y marcharon. Tan solo había unos escasos metros de la vivienda de Enfield a la de Douglas. Adentraron por el jardín lleno de malas hierbas, aquella casa daba miedo con tan solo mirarla. Caminando de puntillas y en silencio llegaron a la parte de atrás de la casa.
-Moore, Poole, no me equivoque. Voy a mirar si podemos entrar fácilmente en esta casa.- susurro Utterson.
Sin contestación ninguna, Utterson se acerco a la puerta. La puerta estaba demasiada oxidada y los cristales rotos. Se podía abrir fácilmente pero temía que esa puerta chirriara y los Anderson se alarmaran. Con éxito Utterson empujo ese portillo y no hizo el mínimo ruido.
Utterson entro primero, le seguía Moore y finalizando Poole. No se equivoco Utterson, aquello era la cocina. Estaba todo tan oscuro que no podían ver nada. Salieron de la cocina y justamente a la izquierda había una puerta, parecía el acceso a un sótano. Utterson decidió entrar.
 -Compañeros, entremos en este sótano y averigüemos que hay dentro- susurro Utterson a los demás.
No contestaron y Utterson abrió esa puerta. Se quedaron asombrados cuando vieron una luz en aquel sótano. Al abrir la puerta se encontraron una escalera de hierro un poco oxidada, ninguno se atrevían a bajarla cuando Poole se decidió en ser el. Miraron a Poole, estaba palido. Algo había visto para estar así. Hizo señas a sus compañeros para que bajaran y vieran lo que el mismo estaba viendo. Bajaron y observaron un cuerpo en el suelo, pálido. Esa persona estaba muerta.
En aquel sótano había varias mesas con experimentos, Utterson decidió acercarse al tablero más cercano. Aquellas pociones eran las de Henry, aquel hombre muerto en el suelo era Douglas. Moore y Poole miraron a Utterson estaban todos perplejos. De repente los tres hombres se fijaron en una puerta que había en ese sótano y decidieron abrir, esta vez el atrevido fue Moore. Estaba todo tan oscuro que no se podía ver lo que había detrás de aquella puerta, así que Poole saco unas cerillas que llevaba encima y alumbro. ¿Qué era eso, una persona atada a una silla?. Se escuchaba la respiración de algo. Moore dio varios pasos y alumbro. ¿Era Enfield?. Tantearon en la oscuridad y lograron encender una bombilla que había en esa habitación tan pequeña. Sorprendidos observaron que era Enfield, increíble.
 -¿Enfield, eres tu?- dijo Utterson con miedo
No podía hablar tenia tapada la boca. Se acercaron sigilosamente y claramente vieron que era su amigo Enfield.
 -¡Oh Enfield, querido primo! ¿Qué te ha hecho ese diabólico hombre?- dijo Utterson con gran angustia.
Poole desato a Enfield y por fin pudo hablar.
 -Queridos amigos, este hombre estaba drogado con las pociones de Henry. Ese nefasto ha muerto de una sobredosis de esa maldita pócima. He temido mi muerte- dijo Enfield con más tranquilidad.
 -Puedes estar tranquilo amigo, ese enfermo esta en el infierno. Al entrar al sótano nos lo encontramos en el suelo pálido y frio.- continuo Moore
 -Salgamos de aquí cuanto antes y vayamos a tu casa. Allí estaremos a salvo de cualquier cosa y nos explicaras mas detenidamente.- dijo Poole
Los cuatro hombres salieron sigilosamente de aquella casa y al llegar a la puerta de la bonita casa de Enfield, se escucho unos chillidos de la señora Anderson, al parecer había descubierto el cadáver de su marido. Entraron en la casa y la señora Candy se encontraba en unos de los sillones al lado de la chimenea. La señora escucho que habían entrado los señores.
 -Poole, Moore, Utterson ¿ha habido suerte?-pregunto la señora Candy sin saber que Enfield se encontraba con ellos.
 -Sí, señora Candy. Muchísima suerte. Hemos encontrado a nuestro querido Enfield.- contesto Utterson con una voz bastante alegre.
La señora al escuchar la contestación de Utterson se levanto lo mas rápido que pudo y corrió hacia la puerta. Efectivamente Enfield estaba con ellos. Candy no sabia que decir.
 -Pasemos al recibidor y tomemos asiento. Tengo mucho que contarles. Pero primero voy a cambiarme esta maldita ropa con la que llevo una semana- dijo Enfield.
Poole, Moore, Utterson y Candy tomaron asiento impacientes de la historia de Enfield. En la habitación ya se respiraba paz y tranquilidad.
Enfield apareció en la sala con una bata y ya un poco mas presentable.
 -Bueno..-comenzó Enfield- como ya sabéis, supongo, me dirigía hacia Darkplace hace más de una semana con el señor Douglas. Este señor hace un mes aproximadamente vino a pedir disculpas por todo el daño que había causado a la familia, no sabemos el porque nuestros antecesores estaban enfrentados es realmente un misterio pero acepte sus disculpas. Douglas me ofreció ir a Darkplace donde nuestros antecesores fueron a la oficina de correo a firmar unos acuerdos de orden de alejamiento para eliminarla y que reinara la paz pero cuando nos dirigíamos hacia aquel pueblo, Anderson me ofreció ir a su casa. Entramos por la puerta trasera, nadie se encontraba en aquella casa en ese momento y bajamos al sótano. Me ofreció bajar el primero y cuando iba por el tercer escalón me cerro la puerta. Decidí bajar toda la escalera. A los pocos minutos apareció Douglas y entro con un maletín marrón que ponía "Henry Jekyll". Me temía lo peor, ese señor estaba demente. Sacó de ese maletín una poción rojiza, la misma que la de Henry, se la tomo y rápidamente se produjo un cambio en Douglas. No quiero detallar ese momento tan amargo. Seguidamente ese infame hombre me golpeo y me encadeno a aquella silla. Durante toda una semana he visto como esa criatura maligna se drogaba una y otra vez. Gracias a dios que me habéis encontrado amigos, no sabéis lo mal que lo he pasado y al fin ese hombre esta en el infierno o quien sabe donde.
 -Por fin esta pesadilla ha terminado. Lo mejor es que olvidemos este tema. Douglas Anderson ha muerto, ya puedes estar tranquilo de que nadie deseara tu muerte.- dijo Utterson
Eran altas horas de la noche cuando los señores y Candy decidieron dormir ya tranquilos. Enfield por fin estaba en su casa y dormía plácidamente en su cama. Utterson con una sonrisa de satisfacción quedo dormido en aquella habitación espaciosa, los demás señores se adormilaron cada uno en sus habitaciones.
En aquel pueblo corrió la noticia como la polvera y los habitantes ya estaban mas tranquilos.

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