lunes, 2 de diciembre de 2013

Canción de Navidad

Estrofa 6. Renovaciones:

           Después de perdonar a sus deudores, Ebenezer decidió cerrar, o mejor dicho, reemplazar su negocio por uno mucho más satisfactorio: Una casa de niños.
Pintó de colores llamativos todos los rincones de su oscura casa, fabricó camas de madera con los grandes portones para que los niños pudieran dormir allí y compró juguetes para que pudieran jugar mientras se alojaban. Contrató a su sobrino Fred para que ayudara en el lanzamiento y el cuidado de la casa de niños.

-Tío Ebenezer, está un poco anticuada la placa de la puerta, ¿no? ¡El bañado en oro parece casi bañado en ceniza de chimenea! -Dijo con un gesto desenfadado.
-Lo estaba pensando desde hace unos días, ¡Cómo se nota que somos familia, Freddy! jejeje. Tengo algo rondándome por la mente desde entonces... ¿Qué te parece si la limpiamos, fundimos la cubierta de oro y hacemos una placa nueva?
-¡Genial, tío! Pero tengo dos preguntas...
-Venga, Fred, ¡no seas quisquilloso!-Exclamó con humor
-Jajaja, escúchame tío, ¿Qué haremos con el oro fundido? Y la más importante... ¿cómo renombraremos el negocio?
-Hmmmm... déjame pensar. Me gustaría hacerle un obsequio a Bob... ¡Un anillo! ¿Te gusta la idea? Y para el nombre del negocio...
-¡Scroogy's childhood!
-Me reitero, ¡si es que somos familia! jajaja.
-¡Hecho! Scroogy's Childhood. Y lo de Bob, me parece genial, se lo merece después de tanto trabajo.

           Pasaron unos cuantos años y Scrooge no cabía en sí de la euforia, día tras día no paraba de recibir agradecimientos por parte de los niños de la cuidad y sobre todo de sus padres. Bob y Fred seguían trabajando para él, aunque Ebenezer estaba casi todo el día con los niños. Así siguieron treinta años, y cuarenta, y aunque pasaban generaciones, el espíritu de la navidad era constante.

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