domingo, 1 de junio de 2014

Cuarto acto. La muerte de la tercera generación.

(Han pasado 5 años. El edificio sigue muy viejo, pero, por fin están haciendo lo que todo el mundo requería; un ascensor, aunque solo está en construcción. Son las doce de la mañana. Se escuchan estruendos y gritos que proceden del III. CARMINA HIJA tiene 23 años y está teniendo una fuerte discusión con sus padres. De repente, CARMINA HIJA abre la puerta con mucha fiereza y sale hacia el pasillo.)

CARMINA HIJA. ¡No podéis retenerme! El hecho de que mamá no pudiera salir finalmente con Fernando, no quita para que yo no pueda estar con su hijo!

CARMINA. No te permito que digas eso sobre mí. 

URBANO.  ¡Carmina, ven aquí ahora mismo! ¡Tú no vas a ir a ninguna parte! (Muy cabreado la coge del brazo y  la arrastra hasta su casa.)

(Ya han pasado otras doce horas. Es media noche cuando FERNANDO HIJO hace su primera aparición. Sale vestido todo de negro y va avanzando hacia la puerta III medio en cuclillas.)


FERNANDO HIJO. (Llamando sutílmente a la puerta III) ¡Carmina! ¡Ahora, date prisa o nuestra oportunidad se esfumará! 

(Unos segundos después sale CARMINA HIJA. Lleva una pequeña maleta. Preocupada mira a FERNANDO HIJO.)

CARMINA HIJA. ¿Lo llevas todo? ¿Dinero también? Fernando ¿estás seguro de que deberíamos de marcharnos? 

FERNANDO HIJO. (Mirándola) Sí, lo llevo todo, incluso el dinero. Y... sí, tengo trabajo y te tengo a ti. Nos vamos ahora, lejos de aquí y finalmente cuando tengamos nuestro futuro más asentado, si nos place vendremos de visitas. Pero ahora, vámonos.

(CARMINA HIJA va cerrando con mucho cuidado la puerta de su casa. Con una mirada nostálgica hecha un último vistazo a su abuela, durmiendo en el sofá con la ventana abierta. Cuando CARMINA HIJA suelta la puerta un fuerte viento llega desde la abertura y hace que la puerta de un portazo. Esto alerta a la misma PACA y a los demás vecinos)

FERNANDO HIJO. ¡Carmina corre! Tu padre te cogerá y no podrás venirte conmigo.

PACA. (Llega corriendo, como puede, al quicio de la puerta.) ¡Carmina, vuelve aquí ahora mismo!

(Los dos enamorados bajan a toda prisa la escalera. Viendo que no puede hacer otra cosa, PACA los persigue escalera abajo agarrándose como podía a la barandilla. Esta, que está en muy mal estado, se rompe debido a la fuerza con la que PACA se apega a ella. PACA cae brutalmente dando una voltereta. Este estruendo hace que un SEÑOR BIEN VESTIDO salga de la puerta IV y baje hasta donde está PACA. URBANO sale furioso hacia abajo, pasando de largo de su madre tendida en el suelo.)

SEÑOR BIEN VESTIDO. Perdone Urbano, pero su madre tiene un pulso muy lento, de hecho, apenas lo siento. (Se aparta porque , URBANO dándole prioridad a la madre, la sostiene.)

CARMINA. (Bajando las escaleras con sumo cuidado y sollozando.) Mi Carmina, mi Carmina... Urbano vamos para casa. Señor, ¿puede ayudar a mi marido a llevar a Paca a casa?

SEÑOR BIEN VESTIDO. Claro señora. A la de tres; una..., dos... y tres. (URBANO, aún ofuscado y un poco confuso con la huída de su hija, mira hacia el zaguán. CARMINA sabiendo lo que le pasa por la cabeza le da un consejo.)

CARMINA. Urbano querido, deja que Carmina se vaya. Como dice el refrán "Si la quieres, déjala ir." Ahora mismo tenemos un problema más importante entre manos y nos estamos jugando la vida de una persona.

(URBANO le hecha cuenta a su mujer y cargan con el cuerpo de la anciana escaleras arriba. FERNANDO estaba en la puerta II con ELVIRA con los ojos rojos. URBANO junto con el SEÑOR BIEN VESTIDO, depositaron el cuerpo de PACA en el sofá. URBANO sale de la casa y se dirige, con mal talante, a ver a FERNANDO, que sigue apoyado en el quicio de la puerta con la mirada perdida.) 

URBANO. ¡Tú! ¡Estarás orgulloso! ¡Ahora mi niñita se ha ido! ¡No volverá más! Y todo por culpa de tu miserable hijo. (Dice con desprecio y cogiéndole por el cuello del pijama.) Ni mi familia ni la tuya se tratarán más... ¿Lo has entendido? (URBANO suelta con desprecio a FERNANDO. Este sin tener las fuerzas suficientes para defenderse y ni si quiera soltarle unas palabras ofensivas, se levanta tranquilamente, sin perder la mirada evasiva, y se mete en el II).

(El escenario cambia totalmente. Ahora todo el decorado refleja un salón de una casa. Con muebles muy antiguos, pero por su apariencia, no muy caros. Hay un pequeño sofá, el cual está rodeado por mucha gente. Una pequeña mesa es el centro de la escena. El salón no esta muy decorado, como era habitual en otras casa, sino que solo había un cuadro colgado en la pared contraria a la del sofá y un jarrón con unas flores exóticas. Paca es el centro de atención, está tumbada a lo largo en el armatoste.)

URBANO. (A TRINI) ¿Como está nuestra madre?

TRINI. (Mira a URBANO y se le nota preocupada.) Ninguno podemos sentirle el pulso y está un poco pálida... (Hace un giro brusco pero sutil y mira hacia otra parte.)

URBANO. (Acercándose a PACA.) No puede ser... (Le coge la mano para tomarle el pulso. Empieza a ponerse nervioso.) No, esto no a podido ocurrir... (Apoya la oreja sobre el pecho izquierdo de la anciana. A los segundos, lanza un grito y enfurecido se dirige hasta su cuarto, de tres puertas, la de la derecha. Nadie habla, solo se escucha el sollozo de las tres mujeres que se encuentran en escena: TRINI, ROSA  y CARMINA. Las luces se van atenuando hasta dejar el escenario totalmente oscuro.)




Telón.
 






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